Mitos y Realidades acerca de la norma ISO 21500
Durante los últimos meses, en España e Iberoamérica estamos observando un aluvión permanente de información-desinformación que cuanto menos genera confusión al experto y falsas expectativas al colectivo menos ducho en el marco mundial de evaluación de la conformidad. El objetivo del presente artículo no pretende contribuir a la polémica suscitada acerca del grado de certificación de la norma de referencia, todo lo contrario, desde el rigor técnico y la experiencia internacional de más de veinte años en el marco de la evaluación de la conformidad, pretendemos sosegada y desapasionadamente aportar información objetiva y relevante para la necesaria reflexión y toma de decisiones.
La Organización Internacional de Normalización (ISO) es la mayor organización mundial que desarrolla estándares voluntarios siendo estos de dos tipos: los de naturaleza descriptiva o Guías y los de naturaleza prescriptiva o Normas.
El proceso lógico en ISO es que un estándar informativo (“GUIA”), después de su introducción y puesta a disposición del mercado, obteniendo lecciones aprendidas y mejorando y adaptando lo necesario, cuando la comunidad internacional la considere una buena práctica y esté generalmente aceptada, se convierta con el tiempo en un estándar de naturaleza prescriptiva (es decir, en una “NORMA”). La diferencia sustancial entre los dos tipos de estándares es que las Guías NO son certificables, mientras que las Normas SI lo son.
La ISO 21500 es en realidad una Guía generada a partir de las mejores prácticas y estándares mundiales. No compara ninguno de ellos ni indica preferencias ya que lo que pretende es precisamente utilizar lo mejor de cada uno. La mayor aportación de la ISO 21500 sin duda alguna es la introducción de un lenguaje común y estandarizado para las mejores prácticas en la dirección de proyectos a nivel mundial.
La Guía ISO 21500 no es un método o una metodología, y definitivamente NO es “la solución” a los retos de la dirección de proyectos exitosa. El director del proyecto y su equipo son siempre en primera y en última instancia los responsables de aplicar las mejores prácticas para el manejo del proyecto y de su entregable, del éxito o del fracaso del proyecto, basándose en la comunicación adecuada y aplicando las técnicas y las habilidades necesarias para el adecuado manejo de los stakeholders del proyecto y con ello garantizar el éxito del proyecto, de su entregable y de la dirección el mismo.
El propósito final de la Guía ISO21500 es ayudar a mejorar la comunicación y la cooperación en el contexto e interfaz del proyecto en la organización permanente, ayudando así a alcanzar el éxito del proyecto.
El estatus de Guía de la ISO 21500 se evidencia en la norma impresa original donde se indica claramente que la versión 2012 NO es certificable. El objetivo de ISO y el espíritu del ISO/PC 236 durante el programa de consenso fue que la Guía ISO 21500 debería ser en primer lugar aplicada a nivel internacional con la mayor difusión posible y con las conclusiones y las evidencias del interés real del mercado por su certificación ser revisada y convertida en un “estándar normativo”, esto es en una norma certificable. En cualquier caso, la guía actual en su versión 2012, como estándar informativo o en el futuro como estándar formativo o norma certificable podrá ser certificable para Organizaciones y no para personas.
Solamente en España y en Iberoamérica algunos organismos nacionales de normalización y estandarización han constituido recientemente Comités Técnicos de Certificación con el fin de generar el estándar nacional ISO 21500 certificable. En estos casos la versión resultante no será de aplicación internacional sino el resultado de la aplicación nacional de la homónima ISO, por ejemplo en España sería UNE-ISO 21500, pero mientras que ISO no actualice la ISO 21500:2012 como “normative standard” la Guía seguirá siendo “informative standard” y por ende NO certificable internacionalmente.
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