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  • José E. Reyes, PE, IPMA-B
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El concepto de la competencia y el proyecto del tercer juego de esclusas

Generalmente, los megaproyectos se documentan según el éxito de la entrega, los elementos tangibles que resultan del esfuerzo y los retornos que se obtienen de estas inversiones; sin embargo, es importante saber que el éxito de un proyecto para una organización como la nuestra no debe medirse solamente por la entrega de los paquetes de trabajo que constituyen esta megaobra, sino por las contribuciones que esta ofrezca para elevar la competencia organizacional. Los más de 30 años de servicio −los últimos al frente de grandes proyectos canaleros− me han validado la importancia de lograr la comprensión de elementos de competencia que deben adquirir, con el fin de cerrar la brecha entre los procesos puros y las influencias del contexto y el comportamiento de los individuos. La gestión moderna de proyecto no puede ignorar la importancia de las llamadas habilidades blandas, que son parte de las herramientas de la disciplina aplicada en el logro de los objetivos de las organizaciones.

Es necesario reconocer y aprender de las experiencias de este proyecto en la búsqueda de una fórmula de éxito para gestionar y ejecutar proyectos, programas o portafolios, creando el ambiente que fomente la creatividad, la innovación y el talento en la Dirección de Proyectos, y transformar el conocimiento en poder de hacer para garantizar los resultados esperados por nuestro país canalero. El director de proyectos del siglo XXI, además de dominar los conceptos tradicionales de tiempo, alcance y costo, debe dominarse a sí mismo en la estrategia de la organización para alinear sus decisiones con los objetivos de esta; debe ser capaz de gestionar los elementos del contexto, al igual que las partes interesadas y el marco jurídico, y lograr llevar a su equipo a la entrega, usando las habilidades de negociación y gestión del talento. Debe dominar los elementos y procesos de gestión de la calidad, que ayudan a cumplir con los requisitos y la implementación de mejora continua y, por último, debe gestionar los riesgos para lograr anticipar los cambios y responder a ellos sin afectar el objetivo de su organización. Todos y cada uno de estos elementos los experimentamos en la dirección de proyectos, y nuestro megaproyecto debería habernos templado
en los mismos.

Con ese perfil y enfoque se puede dominar con facilidad el proceso del mapeo de competencias y lograr preparar un equipo de alto rendimiento para enfrentar un proyecto de alta visibilidad como es el Tercer Juego de Esclusas (TJE) del Canal de Panamá. La Asociación Internacional de Administración de Proyectos (IPMA, por sus siglas en inglés) organización mundial pionera en las mejores prácticas de dirección de proyectos, ha definido “competencia” en su competence baseline (ICB 3.0) como se deriva del estándar ISO 17024, de la siguiente manera: “La competencia es la capacidad demostrada para aplicar conocimientos y/o habilidades y, de forma relevante, demostrar los atributos personales”.

Según este criterio, el mapeo de competencias es el proceso por el cual el director de proyecto puede determinar, de acuerdo con la naturaleza y alcance del trabajo, las habilidades requeridas, el nivel de conocimiento y de comportamiento que es necesario para lograr la funcionabilidad de su equipo. El mapeo establecerá la forma y la metodología para la selección, formación, reconocimiento, evaluación y retención del talento adecuado necesario para satisfacer los objetivos estratégicos de la organización. Tal vez el legado más valioso que un proyecto puede dar a su organización es la oportunidad de elevar las competencias fundamentales de tantas personas como sea posible, en todos los niveles, tanto en el día a día, como a través de programas de capacitación formal. El proyecto del TJE contempla todas las disciplinas y la oportunidad única de aplicación del conocimiento. Esta formación supondrá un aspecto muy real, tangible y de largo plazo del legado del Programa de Ampliación del Canal de Panamá en nuestra organización y nuestro país.

El uso de una metodología probada, como es el mapeo, para desarrollar las competencias de un equipo de proyecto proporciona la ventaja de la experiencia directa y la oportunidad de desarrollar una relación estratégica entre el director del proyecto y su equipo. El trabajo del director de proyectos continúa con la evaluación de los resultados, considerando dos aspectos fundamentales:
• Determinar si el proceso produce los cambios deseados en el comportamiento del individuo.
• Comprobar si el proceso implementado contribuyó a la consecución de los objetivos estratégicos de la organización.
Los dos aspectos anteriores determinarán si las técnicas de implementación del director de proyecto fueron efectivas y, en el largo plazo, esta será la diferencia entre un equipo de proyecto que ayudó a lograr los entregables de un esfuerzo temporal o la mejora de las competencias en una organización, que en nuestro caso, es lo que dará el avance competitivo a nuestro Canal en el mundo desafiante de hoy.

El autor es administrador del proyecto del Tercer Juego de Esclusas en el Atlántico.

EL FARO. Revista informativa del Canal de Panamá. Julio 2014 nº 74

 
 
 
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