Éxito en la dirección de proyectos y herramientas de simulación. El caso de proyectos solares térmicos a baja temperatura
La NCB de IPMA en su versión 3.1 define ‘Éxito en la Dirección de Proyectos’ como: “La apreciación de los resultados de dicha dirección por las partes involucradas pertinentes” y para lograrlo es crucial que el Director de Proyecto acometa desde un primer instante la revisión de los objetivos económicos establecidos inicialmente por el Promotor, parte involucrada con un peso específico muy importante. La finalidad será confirmar si las expectativas pretendidas son realistas y, si no lo son, exponer cuanto antes una revisión argumentada de la viabilidad.
Para lograr este objetivo se hace imprescindible disponer de una herramienta de simulación que permita corregir posibles falsas expectativas del Promotor y a su vez sirva como base para planificar, supervisar y controlar tanto los costes como las fuentes de financiación. Ahora bien, cuanto más simple sea la aplicación más inexactos serán los resultados obtenidos siendo deseable usar herramientas potentes y precisas pero a su vez rápidas y amigables.
Trataremos el caso de las instalaciones solares térmicas a baja temperatura centralizadas para producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) por ser muy habituales y porque su estudio de viabilidad depende de tantos factores que sólo es posible obtener resultados fiables usando metodologías basadas en simulaciones. En el presente artículo se comparan los indicadores de rentabilidad obtenidos con una aplicación informática en dos escenarios diferentes: Uno que considera 3 factores de diseño frente a otro en el que dichos factores no son considerados.
En ambos escenarios se trata de un hotel 4* en Cádiz, con capacidad para 350 personas, con captadores sobre cubierta inclinada un 15% cuya cumbrera tiene dirección sur.
El primer escenario, el más usado habitualmente por los promotores, obvia el coste de energía eléctrica necesario para que la instalación funcione, no considera perfiles de demanda de ACS semanales ni diarios y supone que los captadores recibirán la mayor radiación anual posible, dando por hecho que el instalador colocará los captadores de manera que reciban el máximo de radiación anual.
Supondremos que se dimensiona y ejecuta el proyecto acorde a este escenario y que durante el montaje el instalador, con intención de orientar los captadores acorde al CTE, alineó su base perpendicularmente a la cumbrera, con una inclinación igual a la latitud más 8 grados para corregir la inclinación de la cubierta.
En el segundo escenario, el más realista, la instalación solar tiene las mismas dimensiones y características que la finalmente instalada pero en el estudio de su producción energética se contemplan los tres parámetros de diseño antes obviados: El coste de la electricidad anualmente demandada, que el consumo de ACS de Viernes a Domingo es mayor que el resto de días de la semana (manteniendo el mismo consumo anual que en primer escenario), y tiene en cuenta las pérdidas originadas por la orientación que finalmente el instalador dio a los captadores.
A continuación compararemos ambos escenarios, el primero, utilizado por el promotor para aprobar la inversión y con el cual espera unos resultados de rentabilidad, frente al segundo escenario, el real. Calculados ambos con la misma aplicación informática se obtienen los siguientes indicadores dinámicos de rentabilidad a 25 años:
|
VAN |
TIR |
Recuperación* |
ESCENARIO A |
268.215 € |
11,07 % |
10 años |
ESCENARIO B |
236.400 € |
10,19 % |
11 años |
*Años transcurridos desde el inicio del proyecto hasta que se recupera el coste de la inversión
A la vista de estos resultados podemos concluir que el promotor puede haber aprobado el inicio del proyecto sin ser consciente de que parte con 12% de pérdidas respecto a su expectativa inicial. Es aquí donde la figura del Director de Proyecto cobra importancia.
Durante el transcurso del proyecto es habitual que el director de Proyecto afronte muchos factores imprevistos con efectos negativos sobre la rentabilidad final, pero si a esto sumamos una viabilidad imprecisa es probable que el resultado final diste mucho de los objetivos inicialmente planteados, con el consiguiente descontento final del promotor.
Alcanzar el éxito en la dirección del proyecto implica una adecuada apreciación de resultados, pero también una correcta asignación de objetivos. Sólo mediante aplicaciones informáticas, sencillas y rápidas pero precisas, el Director de Proyecto será capaz de detectar cuanto antes las posibles desviaciones negativas y sólo con herramientas de simulación podrá controlar el proyecto, evaluar y cuantificar las posibles acciones correctoras a adoptar, logrando el éxito y su reconocimiento.
Jorge Garrido Padrón
Director General KALKENER Energy Saving Solutions S.L.
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