Alberto Cerezo Narváez, profesor de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Cádiz, ha presentado 19 equipos y 76 estudiantes al PM Championship que organizan AEIPRO Joven en España e IPMA Young Crew en todo el mundo. Sus equipos, formados por estudiantes de la Universidad de Cádiz, han obtenido siempre los mejores resultados.
Por este motivo, hemos querido conocer con esta entrevista cómo valora esta prestigiosa competición.
¿Cuántos equipos ha liderado y en cuántas ediciones?
Desde el área de proyectos de ingeniería de la Universidad de Cádiz, junto a mis compañeros Andrés Pastor Fernández y Manuel Otero Mateo, hemos apoyado la participación de estudiantes en el iPMC desde el momento en que me incorporé a la Universidad en septiembre de 2016 para dar clases de proyectos en el 4º curso de los grados de las ingenierías de la rama industrial, por lo que la III edición en 2017 fue nuestra 1ª participación. En 2018 llevamos 2 equipos, 3 en 2019, 5 en 2020 y 4 en 2021 y 2022.
Hemos de destacar que todos los equipos que hemos presentado han estado compuestos siempre por estudiantes graduandos, no graduados, con una edad comprendida entre los 21 y 25 años, más jóvenes que la mayoría de competidores (lo cual utilizamos para desafiar a nuestros estudiantes).
En total, hemos formado 19 equipos en estas seis participaciones de 2017 a 2022: 76 estudiantes, 46 chicos y 30 chicas (un 40%, si bien en las últimas ediciones hemos ido 50-50%). No obstante, esta paridad no ha sido ni forzada ni impuesta, sino que procede de su competencia, voluntad y compromiso (aunque en el número total de estudiantes a los que formamos las chicas no superan el 20-25%, los primeros puestos en cuanto a conocimiento, actitud, trabajo en equipo, capacidad de liderazgo y comunicación han estado muy repartidos entre chicos y chicas, reflejándose esto en los equipos).
¿En qué posiciones se han quedado?
Hemos logrado ser campeones nacionales en 2020 y 2021, segundos en 2019, terceros en 2018, 2019, 2021 y 2022, y finalistas en 2017, 2018, 2019, 2020 (3) y 2021 (2). En total, 15 participaciones en las finales de estas seis últimas ediciones.
¿Cuáles son los principales beneficios que considera que los participantes consiguen en campeonatos de este tipo?
Los beneficios para nuestros estudiantes son diversos. Primero, medir sus conocimientos y habilidades, comparándose con otros estudiantes de otras universidades en otras etapas universitarias (la mayoría de participantes son estudiantes de máster ya graduados). Segundo, relacionarse con estos estudiantes, tanto en el campeonato (por ejemplo, en las sesiones de negociación) como en la jornada posterior, lo que les permite conocer otras experiencias, y ampliar círculos profesionales (liderazgo mediante ejemplo a seguir). Tercero, aprender, aprender y aprender (de la experiencia, de los errores, de los aciertos, de los enfoques, de las aproximaciones, de las estimaciones, del valor que las organizaciones dan a los estudiantes proactivos con destrezas para definir, negociar, medir, decidir, etc.).
¿Han contribuido los triunfos obtenidos por varios de sus equipos a su desarrollo personal y profesional?
Sin duda ninguna. Ambos desarrollos van de la mano. No se puede ser buen gestor ni buen líder si no se es buena persona. El código deontológico es de las primeras cuestiones que les hacemos llegar. El concurso es un aprendizaje intenso pero profundo. Compartir, cooperar, mejorar juntos. Uno de nuestros objetivos es que los estudiantes comprueben que lo que tratamos de enseñarles tiene recorrido real en las organizaciones. El discurrir de los años hace que los nuevos estudiantes sepan que, en cursos pasados, algunos estudiantes han sido contratados por su certificación IPMA, por su participación y buen hacer en el iPMC, por su conocimiento y habilidades de gestión que, en estas etapas de sus carreras profesionales, complementa su saber técnico. En algunas ocasiones, esto ha sido un hecho diferencial, y no sólo en España, sino también en otros países de Europa donde varios participantes han aplicado con éxito en organizaciones tractoras. Y esta información se transmite de promoción en promoción.
¿Cómo cree que el ecosistema de certificaciones IPMA contribuye a mejorar la carrera profesional de un ingeniero?
Por supuesto que contribuye a mejorar. IPMA ayuda en tres planos distintos. En primer lugar, lo hace ayudando a las personas. La certificación en 4 niveles según la ICB nos permite demostrar nuestra competencia como técnicos o ayudantes de dirección, como directores de proyectos, como directores de proyectos complejos y/o programas y como directores de carteras.
De hecho, ya existen varias organizaciones internacionales que vinculan la carrera profesional con la ascendencia en los niveles de la certificación, entre otros factores. Además, la recertificación nos exige actualizarnos. Por no hablar del reconocimiento que supone la credencial por parte de un agente externo, de reconocido (y acreditado) prestigio. En segundo lugar, ayuda a nuestras organizaciones, a través del modelo Delta (según la OCB). Y, en tercer lugar, cuando tenemos la oportunidad de participar en proyectos de singular interés, podemos presentarlos a los premios a la excelencia (modelo PEB).
¿Cómo ve el futuro de la dirección de proyectos y cómo valora el papel realizado por AEIPRO en favor de la excelencia en proyectos?
Lo veo de manera que no veo futuro sin proyectos. De hecho, mi leitmotiv es “improving life through projects”. En un contexto social tan complejo y económico tan difícil, debemos seleccionar los proyectos adecuados, aquellos que mejoren las condiciones de vida de las personas. Y, además, dada la escasez de recursos, debemos gestionarlos eficientemente. La triple visión de IPMA proporciona un marco ideal para hacer desplegar la misión, visión y valores de las organizaciones promotoras-patrocinadoras, aumentando la competencia de las personas que trabajamos en proyectos, la madurez de nuestras organizaciones y el éxito de los proyectos que emprendemos.
En primer lugar, nos da una base para gestionar proyectos, programas y carteras. En segundo lugar, nos ayuda tanto a las personas como a las organizaciones y a los propios proyectos. En tercer lugar, nos ofrece la oportunidad de mejorar nuestras competencias contextuales (de perspectiva, para alinear nuestros proyectos con los objetivos de nuestras organizaciones), nuestras competencias prácticas (sobre la propia disciplina del director de proyectos, para mejorar el rendimiento de nuestros proyectos) y nuestras competencias personales (para hacernos mejores gestores).
AEIPRO, como representante de IPMA en España, desempeña un papel esencial en comunicar la importancia de nuestra profesión en todos los estamentos: en las administraciones, en las organizaciones y entre los técnicos y profesionales que, en mayor o menos medida, gestionamos proyectos. Y lo hace de muchas maneras: organizando un Congreso Internacional referente, con los resultados de los grupos de interés (promocionando la innovación educativa, la investigación y el papel profesional de la mujer en nuestra sociedad, entre otros intereses), con las labores de divulgación (ponencias, talleres, seminarios, webinars), con AEIPRO Joven, elemento clave para motivar, apoyar y comprometer a las próximas generaciones de dirigentes y como no, con la certificaciones profesionales de IPMA, a través de la OCDP, organismo independiente e imparcial encargado de la certificación.
También queremos aprovechar la ocasión para felicitar, animar y alentar al resto de compañeras y compañeros del área de proyectos o vinculados al entorno de este campo del conocimiento en las distintas universidades españolas públicas o privadas, la mayoría socias y socios de AEIPRO, por su labor en la docencia, mentoría, entrenamiento, y tutela de las próximas promociones de ingenieros y directores de proyectos. Este es otro de los logros de la asociación: implicarnos y hacernos sentir parte de un todo más grande, ayudándonos en nuestra labor de educar, formar, transmitir y vivir la profesión.
¿Quieres añadir alguna otra cuestión que consideres significativa?
Para terminar, no quisiéramos desaprovechar la ocasión de agradecer explícitamente el apoyo incondicional de la Dirección de nuestra Escuela Superior de Ingeniería, así como del Vicerrectorado de Estudiantes y del COGITI Cádiz, colegio profesional que siempre ha estado alentándonos.
Por lo demás, simplemente nos queda agradecer a la asociación la oportunidad de poder contar nuestro entusiasmo e implicación con los estudiantes, con AEIPRO y con la profesión. Muchas gracias.